Con la creciente popularidad de la dieta continental y la comida rápida, la obesidad ha llegado a convertirse en un problema muy común. Cada vez son más las personas que deciden ponerse a dieta, no solo por razones estéticas, sino también por salud. Y como comer sigue siendo un placer y a todos nos cuesta seguir el régimen, he aquí el decálogo ideal para todo aquel que quiera perder unos kilos.
- No te saltes ninguna comida. Un ayuno prolongado provoca que el organismo entre en "modo ahorro", es decir, que ralentice el metabolismo para evitar el gasto energético hasta la siguiente ingesta.
- Reduce cantidades. No hace falta que dejes de comer, sólo tienes que reducir el volumen de la ingesta.
- No te prives. Cuantos más alimentos restrinjas de tu dieta, más fácil resultará recuperar el peso perdido una vez alcanzado el ideal. Planifica tu dieta en función de tus gustos, evitando los excesos.
- 5 comidas al día. Aumentar el número de tomas ayudará a reducir el volumen de las mismas y a evitar el apetito entre horas.
- Bebe agua. Contribuye a la eliminación urinaria de toxinas y tiene efecto saciante.
- Ejercicio físico. Es muy difícil bajar de peso sin hacer ejercicio. Además, reduce la ansiedad y nos hace sentir mejor.
- Come despacio. Mastica bien, no solo para evitar atragantamientos, sino también para dar tiempo a que aparezca la sensación de saciedad.
- Evita el aburrimiento. Es habitual recurrir a la comida (especialmente los dulces y snacks) como remedio al aburrimiento, un mal hábito que deberíamos suprimir aunque no queramos bajar de peso.
- Compensa los excesos. No importa si te pasas en una cena familiar; al día siguiente puedes compensarlo reduciendo la ingesta calórica, aunque no debes saltarte ninguna de las comidas.
- Sé paciente. Tardarás meses en alcanzar tu peso ideal; lo importante es ir bajando poco a poco.
Recuerda que tu dieta debe ser en todo momento variada y aportar los nutrientes y la energía necesarios día a día. No existen las dietas milagro: además de ser extremadamente privativas, provocan una pérdida drástica de peso que será recuperado en poco tiempo.
Lo mejor en todo caso es acudir a un nutricionista, quien evaluará tu estado nutricional y te ayudará a planificar los menús en función de tus necesidades y gustos. Consulta con él y con tu médico o farmacéutico todas las dudas que te puedan surgir.